Desde niña, el diseño ocupó un lugar especial en mi corazón. Pasaba horas reorganizando los
muebles de mi cuarto, jugando con la casa de muñecas y admirando los detalles de mantelería
y vajillas【561897949637447†L126-L130】. Esa curiosidad y fascinación por los espacios fueron el
origen de una pasión que más adelante se convertiría en mi profesión.
Un amor que nace en la infancia
Las primeras experiencias sensoriales marcan quiénes somos. Para mí, el orden, los colores y la
armonía del hogar transmitían calma y alegría. Descubrir cómo un cambio en el mobiliario o un
nuevo color en las paredes podía transformar la energía de un espacio despertó mi interés por el
diseño interior.
El diseño que influye en nuestras emociones
Los espacios que habitamos tienen un poder enorme sobre nuestro estado de ánimo. Un ambiente
equilibrado nos permite descansar y concentrarnos; uno desordenado puede generarnos estrés. Por
eso, diseñar con intención es una forma de cuidar de nosotros mismos y de quienes nos rodean.
Crea espacios con significado
Un buen interiorismo no se trata de seguir tendencias, sino de contar historias. Cada rincón de tu
casa u oficina puede reflejar tus valores, tus recuerdos y tus sueños. Escoge objetos que tengan un
significado personal, juega con texturas que te hagan sentir cómodo y crea un entorno en el que te
reconozcas. Cuando un lugar refleja quién eres, se convierte en un refugio.
El diseño está presente en la vida de todos, incluso en quienes no se dedican a él. Saber apreciar
su influencia nos ayuda a ser más conscientes de nuestro bienestar y a valorar los detalles que
hacen de nuestros espacios algo único.
¿Querés que tu hogar cuente tu historia?
Te ayudamos a crear ambientes que reflejen tu
personalidad y te inspiren.