Los colores en el diseño de interiores y cómo influyen en la productividad
El color es uno de los elementos más importantes en el diseño de interiores, ya que no solo afecta a la estética y el estilo de los espacios, sino también a las emociones, sensaciones y comportamientos de las personas que los habitan. El color puede crear ambientes cálidos o fríos, tranquilos o estimulantes, acogedores o impersonales, según la tonalidad, la intensidad y la combinación que se elija.
En el ámbito laboral, el color tiene un papel fundamental, ya que puede influir en la productividad, la creatividad, la concentración, el clima y la comunicación de los empleados. Según diversos estudios, el color puede afectar al rendimiento, al estado de ánimo, a la motivación y al estrés de los trabajadores; por esto, es valioso que elijás los colores adecuados de acuerdo a la actividad de tu empresa y cada zona de la oficina, teniendo en cuenta las características propias de tu compañía y de tu equipo de trabajo.
¿Qué colores elegir para aumentar la productividad?
No existe una respuesta única a esta pregunta, ya que cada color tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y su efecto puede variar según el contexto, la personalidad y las preferencias de cada individuo. Sin embargo, se pueden establecer algunas pautas generales basadas en la psicología del color y en las experiencias prácticas de diversos diseñadores e interioristas.
Los colores se pueden clasificar en dos grandes grupos: los colores cálidos (rojo, naranja, amarillo) y los colores fríos (azul, verde, violeta). Los colores cálidos son más energéticos, dinámicos y estimulantes, mientras que los colores fríos son más relajantes, calmantes y equilibrantes; dentro de cada grupo, hay diferentes tonalidades e intensidades que pueden modificar el efecto del color.
A continuación, te presentamos algunos ejemplos de colores que pueden favorecer la productividad en el entorno laboral, según el tipo de trabajo y el objetivo que se quiera conseguir:
- Naranja: Es un color ideal para puestos que exigen actividad, como ventas, marketing o atención al cliente. El naranja estimula la energía, la alegría, la confianza y la comunicación, además, favorece la creatividad y la innovación, funciona muy bien tanto con iluminación natural como artificial.
- Amarillo: Es un color perfecto para el trabajo en equipo, ya que fomenta la colaboración, la cooperación y el optimismo. El amarillo es un color luminoso que aporta calidez y vitalidad a los espacios, ayuda a mantener la atención, captar interés y a tomar decisiones.
- Blanco: Es un color que crea un ambiente distendido, limpio y ordenado. El blanco transmite pureza, claridad y simplicidad; al ser neutro, combina con cualquier otro, amplía visualmente los espacios y les aporta mayor cantidad de luz.
También es un color que favorece la concentración y la reflexión.
- Verde: Es el color de la naturaleza, por lo que aporta frescura, armonía y bienestar a los espacios; estimula la creatividad, el equilibrio y la relajación. También es un color que reduce el estrés y mejora notablemente el estado de ánimo, produce un efecto saludable en cualquiera de sus tonalidades.
- Azul: Es un color que transmite confianza, seguridad y profesionalidad, favorece la productividad, la eficiencia y la precisión. También es un color que mejora la comunicación, la lealtad y la cooperación. El azul es además un color que proyecta solidez, madurez y seriedad.
- Rojo: Es un color que estimula la actividad física e intelectual, aumenta el ritmo cardíaco, la presión arterial y el nivel de adrenalina. También es un color que despierta el interés, la pasión y la acción; además, según estudios en el tema, produce un efecto inmediato en la toma de decisiones.
¿Cómo aplicar los colores en el diseño de interiores?
Una vez que se ha elegido el color o los colores más adecuados para cada zona de trabajo, hay que tener en cuenta cómo aplicarlos en el diseño de interiores. No se trata solo de pintar las paredes, sino también de elegir los muebles, los textiles, los accesorios y los elementos decorativos que armonicen con el color elegido, es decir, que se debe considerar el conjunto de elementos que formarán parte del proyecto en general.
Además, hay que tener en cuenta la cantidad y la calidad de la luz natural y artificial que hay en cada espacio, ya que la luz puede modificar la percepción y el efecto de los colores. Por ejemplo, una luz cálida puede realzar los colores cálidos y suavizar los colores fríos, mientras que una luz fría puede tener el efecto contrario.
También hay que considerar las proporciones y las dimensiones de cada espacio, ya que el color puede alterar la sensación de amplitud o de estrechez. Por ejemplo, los colores claros y fríos pueden hacer que un espacio parezca más grande y luminoso, mientras que los colores oscuros y cálidos pueden hacer que un espacio parezca más pequeño y acogedor.
Por último, hay que tener en cuenta el contraste y la armonía entre los diferentes colores que se usen en el diseño de interiores. No se recomienda usar más de tres colores diferentes en un mismo espacio, ya que puede crear una sensación de caos y confusión. Lo ideal es usar un color dominante, un color secundario y un color acento, que se complementen entre sí y creen un equilibrio visual; esto se conoce como la regla 60-30-10.
De igual forma se debe considerar siempre la intensidad del color, ya que cada fabricante de pinturas ofrece una amplia variedad de tonalidades, las cuales lo recomendable es que sean seleccionadas con la guía de un experto en la materia, como lo es el diseñador de interiores, y considerando además el tipo de pintura adecuado, la calidad de la misma y el acabado (agua o aceite, mate o brillante).
Conclusión
El color es un elemento clave en el diseño de interiores, ya que puede influir en la productividad de los empleados de forma positiva o negativa, motivo por el cual es importante que elijás los colores adecuados para cada tipo de trabajo y cada zona de la oficina, teniendo en cuenta las emociones, sensaciones y comportamientos que se quieren generar.
Los colores cálidos son más estimulantes y dinámicos, mientras que los colores fríos son más relajantes y calmantes. Dentro de cada grupo, hay diferentes tonalidades e intensidades que pueden modificar el efecto del color. Algunos ejemplos de colores que pueden favorecer la productividad son el naranja, el amarillo, el blanco, el verde, el azul y el rojo.
Para aplicar los colores en el diseño de interiores debés tener en cuenta la luz, el espacio, el contraste y la armonía entre los diferentes elementos. No se trata solo de pintar las paredes, sino también de elegir los muebles, los textiles, los accesorios y los elementos decorativos que armonicen con el color elegido. No olvidés seguirnos en Instagram como @marcelasotointeriordesign Además, si querés que conversemos para diseñar tus oficinas a partir de obra gris, o si necesitás llevar a cabo una remodelación en las actuales, no dudés en contactar con nosotros, nos gustaría muchísimo trabajar tu proyecto en conjunto con vos y equipo de trabajo.